La gestión emocional es una de las habilidades más demandadas hoy en día y es algo que todavía no está enseñando de manera formal. En este artículo te damos claves para aprender gestión emocional y aliarte con ellas!
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¿Qué estás sintiendo en estos precisos instantes?
¿Para qué lo estás sintiendo?
¿Qué te quiere decir tu emoción
¿Qué necesidad tienes por cubrir?
Éstas y muchas otras preguntas son las que tratamos de resolver a través de la disciplina conocida como Inteligencia y Gestió Emocional. Este concepto se puso de moda hace relativamente poco cuando Daniel Goleman publicó su libro divulgativo “Inteligencia Emocional”, sin embargo, en Psicología se viene estudiando desde mucho antes, desde que los autores Salovey y Mayer lo formularon a finales de los 80.
Son innumerabales las áreas que podemos estudiar dentro del este concepto, en este artículo te explicaré una de las características de las emociones que más te puede ayudar para comprender el apasionante y, a la vez complicado, mundo emocional.
Primera clave para la gestión emocional: todas las emociones son buenas
En algunas culturas existe la creencia de que hay ciertas emociones que no son correctas de experimentar. Convivimos con la idea de que la tristeza, el miedo o la culpa son emociones malas o negativas, que no se deben sentir y, en el caso de que se sientan, debemos procurar esconderlas y disimularlas.
Esta forma de disimulo emocional genera una batalla interna es nuestra mente y organismo día tras día. Imagínate: “sentimos tristeza y tratamos de disimularla, al mismo tiempo intentamos sentir alegría, cosa que nos resulta del todo imposible ya que estamos en plena batalla con la tristeza. Una batalla que intentamos que no salga a la luz ya que pensamos que es algo de débiles, no es bueno estar tristes. Y mientras esa lucha se está librando en nuestro interior ponemos buena cara al exterior…” ¿Te suena de algo esta situación? ¡A mi mucho!
¿Quién nos ha dicho que experimentar tristeza, miedo o ira es malo? Y la más importante, ¿Quién lo ha creído?
Educación Emocional en la infancia
Desde pequeños nos enseñan a no enfadarnos, nos dicen que llorar es de “niños pequeños”, nos enseñan a estar en una lucha constante e intentar eliminar una energía interna que es tan importante y necesaria como el respirar. Es como luchar contra el oxígeno de nuestro alrededor.
Todas y cada una de las emociones que nos acontecen son buenas y necesarias, lo son desde que la humanidad, en su forma más elemental, llegó a este mundo. Desde que los primeros hombres huían de los depredadores presas del miedo ¿Qué hubiera pasado si no hubieran aprendido a tener miedo? Seguramente no habríamos evolucionado como especie.
Segunda clave para la gestión emocional: toda emoción tiene su función
Una de las grandes enseñanzas que nos trae la Inteligencia Emocional es la Intención Positiva de las emociones y el para qué de su existencia. Cuando descubrimos esa intención descubrimos también lo que nos quiere decir y la necesidad que tenemos por cubrir.
Para descubrir esto, el primer paso será aceptar que estamos experimentando esa emoción, dejar de luchar contra ella, dejar de juzgarla o de tacharla de inadecuada. Comenzar a observarla con curiosidad, escucharla y sentirla con todo nuestro ser.
No hay emociones buenas o malas, sino cómodas o incómodas de experimentar o sentir, y todo ello depende de la propia experiencia subjetiva que construimos a partir de nuestros pensamientos y creencias. Cuando comenzamos a pensar una emoción es cuando la juzgamos y comenzamos a experimentar ese malestar.
La propia emoción no te genera malestar, sino el pensamiento que tú creas a partir de ella.
¿El secreto para aliarte con tus emociones? Observar, dejarse llevar, explorar qué es lo que te esta diciendo y pidiendo tu emoción. En otro artículo hablaré sobre el mensaje que te quieren dar tus emociones, de momento, comienza a sentirlas sin juzgarlas y ¡cuéntame tus resultados!
