De todos es sabido las aportaciones que está realizando el Coaching en determinados ámbitos de nuestra vida, ya sea a nivel personal, profesional, deportivo, incluso de pareja. Lo que tienen en común todos estos tipos de Coaching es que actúan con personas más o menos adultas, con sus “mochilas” cargadas emociones y creencias limitantes. Es por esto que sale a la luz una nueva rama del Coaching en la educación que busca potenciar las habilidades personales y emocionales desde una edad temprana.

La presión de los niños en la actualidad

Nos encontramos en una sociedad en la que se somete a los niños a una enorme presión desde muy pequeños. En cada etapa los niños van creciendo muy deprisa y adaptándose como pueden a los cambios que les abordan, ya sean personales, educativos, fisiológicos, familiares, etc.

Si no alcanzan los resultados esperados por ellos o por su entorno es frecuente que su autoestima y confianza caiga en picado, comiencen a desbordarles sus emociones y se desmotiven por el camino.

El Coaching en la educación como punto de apoyo

Es por esto que resulta tan necesario un punto de apoyo, reflexión y seguridad que ayude a los más pequeños a confiar en si mismos y sacar a la luz todas sus habilidades y potenciales. Resulta enormemente enriquecedor explorar con un niño todas sus habilidades, talentos y recursos, ayudar a sembrar sus primeras semillitas y ver cómo crece dentro de si mismo un enorme potencial. Desde el Coaching infantil o educativo se persigue precisamente esto.

Este tipo de Coaching en la educación se puede aplicar tanto dentro como fuera del Colegio. Dentro de las aulas podemos realizar sesiones de Coaching grupal entre los escolares con el fin de que ellos mismos diseñen planes de acción comunes para su clase y se establezcan objetivos y metas comunes, enseñándoles de esta manera a trabajar en equipo, aumentar la confianza en los demás y en ellos mismos, adquiriendo competencias de liderazgo y planificación y, en definitiva, comenzar a adquirir responsabilidades y tomar decisiones por ellos mismos.

De la misma manera, podemos trabajar el Coaching fuera de las aulas cuando observamos a un niño con baja autoestima o confianza en si mismo, cuando el rendimiento baja o no tiene la motivación suficiente para conseguir sus objetivos.

En ambos ámbitos logramos incrementar las capacidades individuales de cada niño, aprenden a tomar decisiones por si mismos explorando las diferentes alternativas. Generalmente, esas decisiones les motivan mucho más que las que toman los adultos por ellos.

El papel del Coach en el proceso 

En este aspecto el adulto o Coach puede intervenir haciéndoles ver los pros y contras de cada opción y finalmente será el niño o niña quién escoja sabiamente y por si mismo la mejor opción.  También el Coaching  en la educación les ayudará a conocerse a nivel interno desde muy pequeños por lo que crecerán de una manera mucho más consciente y acorde a sus valores y principios.

¿Qué dice la Neurociencia?

Además, numerosos estudios neurocientíficos nos han demostrado que educar a los niños desde pequeños en técnicas de inteligencia emocional, habilidades sociales y demás, mejora enormemente el rendimiento de otras áreas, consiguen una mayor fortaleza en los circuitos cerebrales encargados de dominar la angustia y el aprendizaje y, por si fuera poco, incrementa su felicidad en el día a día y, en definitiva, que el niño o niña sea feliz es lo que desean todos los padres ¿no es así?

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