Hoy te traigo una de las emociones que más problemas y quebraderos de cabeza nos puede ocasionar y que rara vez nos tomamos conciencia de ella. Estoy  hablando del rencor o resentimiento.

Resentimiento es la acción y efecto de resentirse (tener enfado o malestar por algo). Se refleja en diversos sentimientos y actitudes como la hostilidad hacia algo o alguien, la ira no resuelta sobre un acontecimiento, el enfurecimiento o la incapacidad de perdonar. Basado en una o varias situaciones en las que nos sentimos tratados de manera injusta, lastimados, humillados, etc. sin haber sido capaces de defendernos y expresar nuestro enojo.

Un punto importante, es que el resentimiento implica algo que está enquistado, no resuelto. Este sentimiento podría venir de un acontecimiento sucedido hace meses o años, es un compañero de viaje que nos puede acompañar durante mucho tiempo y tener un gran impacto en nuestras vidas, incluso a nivel inconsciente.

Mantener resentimiento o rencor hacia otra persona es como tomar veneno tú mismo esperando que le haga efecto a la otra persona. Nos hace vivir, una y otra vez, el enojo y el dolor que acompaña a la emoción y que nos impide disfrutar plenamente de la vida. Además, en enfado, que es parte del resentimiento, deteriora nuestras relaciones y daña nuestra salud, porque nos afecta de la misma manera que el estrés.

Además, esta emoción secundaria y desadaptativa también se basa en el hecho de que pensamos que el comportamiento de la otra persona o las circunstancias han sido la causa de cómo nos sentimos, lo que nos convierte en víctimas, lo cual tiene un efecto muy positivo en nosotros ya que nos da tranquilidad de ser los inocentes, sin embargo el ser víctimas nos incapacita para la acción ya que el otro es el culpable y por lo tanto no podemos hacer nada. Cuando nos irresponsabilizamos de la emoción, dejamos de ser libres, nos convertimos en esclavos de la emoción. Lo curioso aquí, es que es una esclavitud generada por nosotros mismos porque el “agresor” no nos obliga a sentir eso. Estamos enganchados al agresor por nuestra propia voluntad.

COMO LIBRARSE DEL RESENTIMIENTO

Deja atrás el pasado

Como ya hemos explicado, el resentimiento viene de una situación no resuelta o no aceptada, por lo tanto la mejor manera de librarse de él es desahogándose con la persona que causó en enfado, no hace falta ni que se le diga a la persona directamente, tan sólo dejar salir las palabras que en su día no salieron.

Escribe una carta a esta persona expresando TODO, escribe cómo te sientes, explícale que fue lo que te molestó y como te afecto en esos momentos y de que manera ha influido esa situación a lo largo de tu vida. Después identifica los sentimientos, pensamientos y recuerdos que provocaron y mantienen el resentimiento.

Ahora, ponte en su lugar, imagínate que eres la otra persona y contesta a esa misma carta, explicando la situación desde su punto de vista, refiriéndote a cada uno de los sentimientos y pensamientos identificados en el paso anterior.

Al terminar ambas cartas piensa si la persona en esos momentos era consciente del daño que estaba provocando y si lo hacía a propósito. En todo caso, tanto si la respuesta es que sí o si es que no, PERDONA.

 

MIRA HACIA EL FUTURO, NO TE CENTRES EN EL PASADO.

Lo sucedido ya no se puede cambiar, ahora bien, tú eliges que hacer con el próximo día de tu vida.

 

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Consentimiento

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