1.- La Gente Feliz Sonríe
Está demostrado que las personas al sonreír liberan endorfinas, sustancias naturales de la felicidad y el placer, lo que les origina una maravillosa sensación de bienestar. Tanto si hay un motivo que justifique la sonrisa como si no, lo cierto es que el cerebro interpreta el gesto de sonreír como algo positivo y eso provoca el torrente de felicidad.
Una persona sonriente suele ser más alegre y feliz.
2.- La Gente Feliz Agradece
Al igual que con la felicidad, la mayoría de las personas esperan tener motivos para agradecer. Sin embargo, las personas felices han aprendido que lo son porque agradecen.
Practicar la gratitud a diario ayuda a valorar y apreciar más lo que se tiene así como a sentirse mejor rápidamente. Cuanto más agradeces, más motivos tienes para agradecer.
Ya sabes… es de bien nacido, ser agradecido.
3.- La Gente Feliz practica el Auto Cuidado
Si no te cuidas no estás bien y de esta manera tampoco puedes atender a otras personas.
Se ha malinterpretado mucho el amarse a uno mismo como egoísmo.
Las personas felices han aprendido a cuidarse a sí mismas y atender sus propias necesidades en lugar de esperar a que sean otros quienes lo hagan.
Cuando te amas bien, puedes amar bien a los demás. Pero rara vez al revés.
4.- La Gente Feliz Medita
La meditación puede cambiarte la vida positivamente, si no lo ha hecho ya. Por eso, las personas felices la practican y la han incorporado a su vida diaria.
Hay muchas formas de meditar desde practicar la contemplación, pasando por yoga o taichí hasta hacer caminatas conscientes.
Cualquier actividad realizada con atención plena es una oportunidad para meditar.
La Gente Feliz sabe que su mente es maravillosa pero que necesita ser bien entrenada, por eso practican la meditación como hábito y sienten que su mente es su aliada.
5.- La Gente Feliz Fluye con la Vida
Las personas que viven felices no tienen una vida perfecta, pero asumen como perfecto y beneficioso lo que les ocurre. Han aprendido a ver el lado bueno de todo lo que les sucede y en lugar de interpretar que tienen un problema lo viven como una oportunidad para crecer y mejorar.
“Todo tiene su razón de ser y su para qué”, te diría una persona feliz.
Las personas que fluyen con la vida se ocupan más y se preocupan menos además de que dejan de empeñarse en salirse con la suya a toda costa. Como practican la meditación se dan cuenta fácilmente de cuando su ego quiere llevar la razón y que las cosas sean de una forma concreta.
Podríamos decir que han aprendido a quitarse de en medio para permitir que la vida les guíe y se exprese mejor a través de ellos. Por eso, son más felices.
¿Quieres formar parte de La Gente Feliz?
Pues te animo a crear y afianzar estos hábitos y te aseguro que lo conseguirás.
